7.21.2006
Región, Educación y Patrimonio ( Diario 21, Iquique. Viernes 21 de Julio 2006 )
Una de las preocupaciones que quitan el sueño en este preciso momento a unas buenas decenas de autoridades públicas y empresarios de la Región, es el bajo nivel de las mediciones sobre la calidad de la educación en Tarapacá comparadas con el resto del País.
Ya no es un secreto a voces que estamos “menos que bien” en este tema, por decirlo en forma políticamente correcta para no herir susceptibilidades. Hablando en fácil: Tarapacá, con toda la riqueza natural, cultural y económica que posee califica bastante mal en el tema educacional a nivel nacional. Personalmente creo que esta situación no es culpa del Gobierno, ni de los Municipios, ni de los Profesores, ni de los Apoderados, ni de las RSE de las Empresas de la zona, sino que esta situación pantanosa responde precisamente a la incapacidad desesperante que tenemos como sociedad para trabajar en conjunto procesos de largo plazo y soluciones creativas a los problemas fundamentales. En la Región lo urgente sigue posponiendo lo importante de una manera alarmante e inexplicable. Mientras un territorio no tenga visiones compartidas y metas con validación social ( Estado, Empresa y Ciudadanía ) seguiremos replicando modelos educativos fracasados o, en el mejor de los casos, que no responden a las necesidades sociales contemporáneas.
Es por ello que una buena apuesta es confiar en los nuevos referentes que conciben a la Ciencia y el Patrimonio como elementos maravillosos, dinámicos y eficaces para la transmisión intencional de conocimientos, actitudes y valores que mejoren las condiciones de enseñanza aprendizaje. En el fondo se trata de comprender que el sistema educativo no solo sirve para entregar información, cobertura o alfabetización sino que para incentivar a personas creativas que puedan enfrentar la complejidad del mundo actual. De hecho, en el extranjero se percibe al sistema educacional chileno más como una máquina destinada a producir mano de obra barata, entrenada y obediente que como un mecanismo orientado a superar el pensamiento subdesarrollado, que genere identidad y pensamiento crítico para provocar desarrollo perdurable y mejor calidad de vida. No hay que olvidar que el sistema educacional determina el modo con el que los miembros de la sociedad se ven a si mismos y las formas de comunicación entre ellos ( Rodrigo Alsina, “ Comunicación Intercultural “ 1999 ) y si ese sistema cojea, en el fondo también hace tropezar a los Ciudadanos que son educados bajo los preceptos anquilosados.
Uno de los antídotos con el que podríamos, entonces, frenar esta tendencia a la baja de la efectividad de las políticas educacionales en la Región de Tarapacá, es la Educación Patrimonial: Favoreciendo el conocimiento de nuestros bienes culturales y naturales, mejorando el acceso a las culturas del pasado a través de las experiencias vividas en contactos reales con sus vestigios materiales, incentivando la comunicación educativa del Patrimonio, acercando la Ciencia a la gente acabando con los límites conservadores entre investigación y difusión educativa de los conocimientos; todas estrategias que permitan integrar los tres ámbitos de la enseñanza: Formal, No Formal e Informal.
Si logramos tejer adecuadamente la ecuación Conocer-Comprender-Respetar-Valorar-Cuidar-Disfrutar y Transmitir, es muy posible que los niveles de la calidad educativa en Tarapacá puedan sobreponerse a los pésimos resultados que han arrojado en los últimos años: Un buen desafío que puede hacer la diferencia entre seguir peleándonos por las culpas de los resultados y un futuro más digno y próspero para las nuevas generaciones de jóvenes que necesitan internalizar más valores y menos “ bits “. En suma, con un sistema educativo regional activado desde la investigación-acción y el acceso a nuevos referentes de Gestión Patrimonial poco a poco iremos creando más Ciudadanos y menos “ Clientes “. Todo un reto que Tarapacá podría liderar a nivel nacional y que puede catapultar un desarrollo sociocultural más sano, integrado, diverso y exitoso en nuestros territorios.
Pablo Cañarte González
Programa “ In Situ “
Gestión Patrimonial y Desarrollo Local
Corporación Norte Grande
Es por ello que una buena apuesta es confiar en los nuevos referentes que conciben a la Ciencia y el Patrimonio como elementos maravillosos, dinámicos y eficaces para la transmisión intencional de conocimientos, actitudes y valores que mejoren las condiciones de enseñanza aprendizaje. En el fondo se trata de comprender que el sistema educativo no solo sirve para entregar información, cobertura o alfabetización sino que para incentivar a personas creativas que puedan enfrentar la complejidad del mundo actual. De hecho, en el extranjero se percibe al sistema educacional chileno más como una máquina destinada a producir mano de obra barata, entrenada y obediente que como un mecanismo orientado a superar el pensamiento subdesarrollado, que genere identidad y pensamiento crítico para provocar desarrollo perdurable y mejor calidad de vida. No hay que olvidar que el sistema educacional determina el modo con el que los miembros de la sociedad se ven a si mismos y las formas de comunicación entre ellos ( Rodrigo Alsina, “ Comunicación Intercultural “ 1999 ) y si ese sistema cojea, en el fondo también hace tropezar a los Ciudadanos que son educados bajo los preceptos anquilosados.
Uno de los antídotos con el que podríamos, entonces, frenar esta tendencia a la baja de la efectividad de las políticas educacionales en la Región de Tarapacá, es la Educación Patrimonial: Favoreciendo el conocimiento de nuestros bienes culturales y naturales, mejorando el acceso a las culturas del pasado a través de las experiencias vividas en contactos reales con sus vestigios materiales, incentivando la comunicación educativa del Patrimonio, acercando la Ciencia a la gente acabando con los límites conservadores entre investigación y difusión educativa de los conocimientos; todas estrategias que permitan integrar los tres ámbitos de la enseñanza: Formal, No Formal e Informal.
Si logramos tejer adecuadamente la ecuación Conocer-Comprender-Respetar-Valorar-Cuidar-Disfrutar y Transmitir, es muy posible que los niveles de la calidad educativa en Tarapacá puedan sobreponerse a los pésimos resultados que han arrojado en los últimos años: Un buen desafío que puede hacer la diferencia entre seguir peleándonos por las culpas de los resultados y un futuro más digno y próspero para las nuevas generaciones de jóvenes que necesitan internalizar más valores y menos “ bits “. En suma, con un sistema educativo regional activado desde la investigación-acción y el acceso a nuevos referentes de Gestión Patrimonial poco a poco iremos creando más Ciudadanos y menos “ Clientes “. Todo un reto que Tarapacá podría liderar a nivel nacional y que puede catapultar un desarrollo sociocultural más sano, integrado, diverso y exitoso en nuestros territorios.
Pablo Cañarte González
Programa “ In Situ “
Gestión Patrimonial y Desarrollo Local
Corporación Norte Grande